jueves, 29 de abril de 2010

Una simple fila


Hoy fui al Estadio Militar a sacarme el servicio, ustedes entenderán que el trámite es simplemente hacer una fila y al llegar tu turno firmas y luego pones tu huella digital. Todo bien, así que como cualquier mortal me formé en la interminable fila.

Poco rato después de haber llegado yo, llegó un grupito integrado por cuatro a cinco personas que se formaron, como corresponde, atrás mío. Como yo estaba solo empecé (es inevitable en todo caso) a escuchar la conversación ajena que se llevaba a cabo a mis espaldas. No me sorprendió escuchar temas de conversación superfluos, a saber, dónde vamos a carretear el fin de semana, si fuera millonario gustaría tener algo como Las Urracas, en fin. Hasta acá todo bien, pero usted ya se habrá dado cuenta a esta altura, al igual que yo, que los seres que se formaron atrás de mí eran estereotipos. Bueno, no puedo elegir quién será el siguiente o el próximo en una fila así que sólo queda resignarse y seguir esperando el ansiado turno y por fin irse a casa. De eso se trata todo al final en estos casos, de esperar.

Ya a la mitad de la fila, que de paso avanzaba a una velocidad lentísima, escucho que estos giles de atrás están maquinando algo. Uno de ellos había avistado a uno de sus “perros” en una posición mucho más privilegiada en la fila, adelante a más no poder. Empezaron a discutir si era factible que todos ellos se aventajaran de esta situación, la única barrera era: “¿Qué pasa si uno de los milicos nos cacha y nos hace irnos pal final de la fila?”. La respuesta fue: “No perro, filo. Cualquier cosa estamos atrás de él” (me señala a mí). Y, como podrán imaginar, se colaron. Obvio.

Realmente me es difícil describir con palabras la rabia que me dio al verlos desaparecer mientras se encaminaban al principio de la fila (irónico, generalmente me alegro de que se vayan).

Aquí llego al grano de esto, el respeto. ¿Acaso alguien considera justo que yo me haya levantado temprano, que haya tenido que faltar a clases, que haya perdido valiosísimo tiempo de estudio para dos pruebas, etcétera? Todo para que estos hueones de mierda se den el lujo de meterse como Pedro por su casa en la puta fila. Nada más que decir, el tema de colarse en las filas es sólo una de las infinitas variables en las que se presenta la falta de respeto. Y me da risa, ¿es coincidencia que hayan sido justamente los estereotipos los que me hicieron pasar un mal rato hoy en la mañana? Juzgue usted, mi estimado lector.

Cambio y fuera.

5 comentarios:

  1. Para variar. Estereotipos de mierda. Me pasa algo similar en la u. Para hacer futbolito hay q hacer la tremenda fila, porque son 40 cupos y todos quieren jugar. Pero nunca faltan los sacos de wea que llegan a la hora del pico y se colan con sus "zorrones". Y uno que llegó temprano a la wea para poder jugar caga. Las pelotas con eso.

    Muy bien puesto el tema, ya que es algo que siempre pasa.

    ResponderEliminar
  2. Pero Bowie, como dejaste que se colaran! Yo hubiera llamado al major Tom y poner a los weones en su lugar.

    Saludos Bowie y sigan así con el blog

    ResponderEliminar
  3. Te la hicieron, minimo le tirai a el recluta garces o al pelao ORRALLAN

    ResponderEliminar
  4. yo esperaba que les sacaras la chucha a los weones, con lo mochero q tay aora

    ResponderEliminar
  5. Es penca cuando pasa eso... Pero lo GENIAL es pararle el carro a la gente. Algunos reaccionan de manera tan chistosa. "Es que ando tan distraída ultimamente, me operaron del brazo recién" Jajaja en la cola del súper po xD nonsense.

    Saludoooooooooooos.

    ResponderEliminar