jueves, 29 de abril de 2010

Una simple fila


Hoy fui al Estadio Militar a sacarme el servicio, ustedes entenderán que el trámite es simplemente hacer una fila y al llegar tu turno firmas y luego pones tu huella digital. Todo bien, así que como cualquier mortal me formé en la interminable fila.

Poco rato después de haber llegado yo, llegó un grupito integrado por cuatro a cinco personas que se formaron, como corresponde, atrás mío. Como yo estaba solo empecé (es inevitable en todo caso) a escuchar la conversación ajena que se llevaba a cabo a mis espaldas. No me sorprendió escuchar temas de conversación superfluos, a saber, dónde vamos a carretear el fin de semana, si fuera millonario gustaría tener algo como Las Urracas, en fin. Hasta acá todo bien, pero usted ya se habrá dado cuenta a esta altura, al igual que yo, que los seres que se formaron atrás de mí eran estereotipos. Bueno, no puedo elegir quién será el siguiente o el próximo en una fila así que sólo queda resignarse y seguir esperando el ansiado turno y por fin irse a casa. De eso se trata todo al final en estos casos, de esperar.

Ya a la mitad de la fila, que de paso avanzaba a una velocidad lentísima, escucho que estos giles de atrás están maquinando algo. Uno de ellos había avistado a uno de sus “perros” en una posición mucho más privilegiada en la fila, adelante a más no poder. Empezaron a discutir si era factible que todos ellos se aventajaran de esta situación, la única barrera era: “¿Qué pasa si uno de los milicos nos cacha y nos hace irnos pal final de la fila?”. La respuesta fue: “No perro, filo. Cualquier cosa estamos atrás de él” (me señala a mí). Y, como podrán imaginar, se colaron. Obvio.

Realmente me es difícil describir con palabras la rabia que me dio al verlos desaparecer mientras se encaminaban al principio de la fila (irónico, generalmente me alegro de que se vayan).

Aquí llego al grano de esto, el respeto. ¿Acaso alguien considera justo que yo me haya levantado temprano, que haya tenido que faltar a clases, que haya perdido valiosísimo tiempo de estudio para dos pruebas, etcétera? Todo para que estos hueones de mierda se den el lujo de meterse como Pedro por su casa en la puta fila. Nada más que decir, el tema de colarse en las filas es sólo una de las infinitas variables en las que se presenta la falta de respeto. Y me da risa, ¿es coincidencia que hayan sido justamente los estereotipos los que me hicieron pasar un mal rato hoy en la mañana? Juzgue usted, mi estimado lector.

Cambio y fuera.

Disco de la semana : Las Últimas composiciones



Cuando a la Violeta Parra le preguntaron por qué le puso Las Últimas Composiciones a su disco, ella contesto: porque son las últimas.

Así de corta.

Este disco es el mejor en toda la historia de la música chilena, es simplemente brutal, un disco imposible por lo completo que es, no tiene ninguna canción mala y no puede estar mejor cantado. Por eso no existe un cover bueno de la Violeta Parra, porque es imposible cantar mejor que ella. La violeta fue la que hizo el trabajo duro en la música chilena, ella fue quien rescato el canto chileno de norte a sur, mientras todos los otros cantaban puras cuecas weonas. El disco parte con Gracias a la vida, una de las canciones mas bonitas jamás escritas.

“Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano;
cuando miro el bueno tan lejos del malo,
cuando miro el fondo de tus ojos claros.”

No es necesario explicar la magnitud de esta canción, habla por sí sola. Y con esta maravilla el disco empieza a tomar vuelo y no para hasta el final. Una canción tras otra la violeta deja la caga.

Cuando lo escuche por primera vez no entendí lo que estaba pasando, todo parecía tan crudo, tan inmenso en cuento a texto, que no lo pesque, además yo pensaba en esa época que cantar bien significaba ser afinado y tener una voz cabrona, taba mas equivocado que la chucha, da lo mismo que tan grande sea la voz si esta vacía por dentro no tiene fuerza. La violeta tenía el alma partida pero la voz le salía entera. Cuando uno escucha a la violeta no hay pulso, el instrumento y la voz son uno solo.

Las canciones son sentimiento hecho canción, es poesía, es verdad. Si pueden, escuchen el disco completo.

Canciones recomendadas:
-Gracias a la vida
-El Albertio
-Cantores que reflexionan
-Run run se fue pal norte
-Maldigo del alto cielo
-Volver a los 17
-Rin del angelito
-De cuerpo entero
-Una copla me ha cantado

Película de la semana: Tropic Thunder

TROPIC THUNDER
Dirigida por BEN STILLER
con BEN STILLER, JACK BLACK y ROBERT DOWNEY JR.


Una película dentro de una película. Debo decir que me sorprendió mucho, ya que pensé que iba a ser otra ridícula comedia de Ben Stiller (no me mal interpreten, me gustan mucho). La vi hace aproximadamente 2 meses, pero ayer la agarré en el cable. Nunca había visto nada parecido. Cinco actores tratando de hacer LA película de guerra, dirigidos por un inepto director. Lo que pasa es que se ven involucrados en una guerra de verdad versus unos chinos terroristas fabricantes de droga. Pero lo mejor de todo es que no lo saben. Fantástica historia.

Todos los estereotipos de actores a la perfección: el héroe de acción en decadencia (Stiller) que trata de salvar su carrera luego de una serie de fracasos, el actor metódico (Downey), ganador de cinco Oscar que interpreta a un sargento negro en una de las performace más graciosas que he visto en el cine. Es tan buena que Robert Downey Jr. fue nominado a Mejor Actor de Reparto por el papel. También están el humorista drogadicto (Black), el rapero/actor (Brandon T. Jackson) y el actor novato (Jay Baruchel), que al final es el único cuerdo de los cinco.

Con Tom Cruise en un notable rol como un productor ejecutivo, esta película saca muchas risas. Desde Kirk Lazarus como un negro hasta la escena en que Tugg Speedman corre desde el puente siendo acuchillado por un cabro chico asiático, la película cumple su objetivo, que es ser una efectiva comedia sin caer en lo ridículo. Hasta los trailers falsos del principio son notables.

lunes, 26 de abril de 2010

Ayudar y figurar


Desde hace ya bastante tiempo que ayudar a la comunidad se ha vuelto una suerte de moda. El verdadero sentido de la solidaridad se está perdiendo. Jóvenes que van a construir mediaguas solamente para salir en una foto, la cual suben a Facebook para que todos sus amigos las vean. Lo mismo en campañas solidarias de recolección de alimentos o de dinero. ¿Es realmente solidaridad?

Técnicamente, si lo es. Hay que rescatar de que la masificación de la ayuda social ha beneficiado mucho al país y a la gente afectada, sin duda alguna. Es algo por lo que me hace sentir orgulloso de Chile. Pero tengo un punto. Antes solo decía esto como una mera opinión sobre algo que me disgusta, pero no había problema y todo bien con eso. Pero con esto del terremoto recién pasado, ya se fue de las manos. No me mal interpreten, está bien que la gente (los jóvenes es a donde quiero ir) ayuden y se sacrifiquen por el país y los que más sufren, pero a lo que voy es que la verdadera intención. Muchos jóvenes van a ayudar, pero sólo si van los amigos. O sea, si ellos no fueran, ¿me importa una mierda? Por construir mediaguas me regalan una polera para que todos sepan que fui a construir. Si no me la dieran, ¿pensaría en ir? Viene la tele y el diario a cubrir el evento. Si no vinieran, ¿estaría igual de motivado por la causa? Y si nadie lleva cámara fotográfica, ¿no sirvió la experiencia? ¿Ayuda por status social?

Se supone que al ayudar uno no espera nada a cambio y que uno lo hace por lo que siente por dentro. ¿No decían por ahí que la intención es lo que vale? Se supone. Ayudar no es una transacción. Yo ayudo y nadie tiene por qué saberlo. No es necesario que ponga en mi estado personal de Facebook todo el maldito día cómo y dónde ayudar, si la información ya está afuera. Ni tampoco todo un itinerario de todo lo que hice cuando fui a construir. De nuevo, se supone. Seguramente estoy equivocado como casi siempre lo estoy.

Pero bueno. Mientras la gente que lo necesita esté feliz, todo vale. Eso es lo que importa al final, ¿verdad?

jueves, 22 de abril de 2010

Película de la semana: There Will Be Blood


Como dijo mi ebrio amigo Felipe Toro, que cada vez que toma ron se pone a llorar, la principal razón de por qué esta película es tan grandiosa es Daniel Day-Lewis. Lewis es de los pocos actores buenos que hay en este momento y en todas las películas que lo he visto siempre es impecable, basta solo con recordar su actuación en pandillas de Nueva York donde se come a Di Caprio de una manera sorprendente.

Volviendo a la película, esta está ambientada en la fiebre del petróleo a principios del siglo XX, la historia relata el éxito de Daniel Plainview, que pasa de ser un minero pobre a un magnate del petróleo.
Plainview descubre que hay un mar de petróleo bajo la tierra de un pueblo del oeste. En este pueblo conoce a una familia donde destaca el personaje de Paul Dano, que también se manda una súper buena actuación de un pastor carismático a cagar. A medida que Plainview se va haciendo cada vez más rico, empiezan a aparecer los conflictos relacionados con el poder, la ambición, la esperanza etc.….

No les voy a contar mas por que la idea es que la vean , así que queda muy recomendada, es de esas películas redonditas donde las actuaciones son filetes, la dirección de Paul Thomas Anderson es impecable y a todo esto el soundtrack también es otra wea, lo hizo el guitarrista de Radiohead (Jonny Greenwood).

Si quieren comenten, sino me chupan los cocos.

martes, 20 de abril de 2010

Disco de la semana: White Blood Cells

WHITE BLOOD CELLS
por THE WHITE STRIPES
2001

Qué tremendo disco. Jack White salta a la fama y pavimenta el camino que lo lleva a convertirse una de las figuras de la música más importantes de la década con este fabuloso álbum que revive el rock de garage, que agrega el minimalismo característico de los Stripes con fuertes influencias bluseras. Este disco es tan importante que luego de que salió "Fell In Love With A Girl" en MTV, sobraron las bandas tratando de imitar el sonido crudo de los White Stripes.

El disco parte con una de sus mejores canciones. "Dead Leaves and the Dirty Ground" es un potente blues rock con un riff distorsionado inolvidable, clásico de Jack White. Con letras que le debe a Bob Dylan, una dinámica quiet-loud muy bien utilizada y el minimalismo de Meg en las baterías, estamos frente a una bestia de canción. La misma fórmula para temas como "I'm Finding It Harder To Be A Gentleman" y "Offend in Every Way". Jack simplemente domina las progresiones bluseras. Otra canción notable es "Hotel Yorba". Una guitarra muy folky de tres acordes, letras positivas y ritmo ad-hoc al tema: rápido y simple. La simpleza es una de las claves de este disco, ya que Jack sabe y recontra sabe como utilizarla a su favor. "Fell In Love With A Girl" debe ser una de las canciones más simples del catálogo de los Stripes, pero también es de las favoritas de la gente.

En conclusión, este disco es un clásico, tanto por la música (por lo menos para este par de orejas) como por su legado. En mi opinión, es el mejor disco de los White Stripes, aunque el Elephant sea el más exitoso (y tenga "Ball and Biscuit"). En White Blood Cells, se demuestra el por qué Jack White está en el sitial que está y perfecciona el garage rock. Ninguna canción es mala: hasta "Little Room", que dura 50 segundos, vale la pena escucharla. Solo Meg en batería y Jack en el micrófono como un lunático. Y es brillante.

Es el disco de esta semana.

Canciones recomendadas:
Dead Leaves and the Dirty Ground
Hotel Yorba
Offend in Every Way
Fell In Love With A Girl

lunes, 19 de abril de 2010

Los estereotipos



Para empezar con mis abundantes críticas a la sociedad creo que lo óptimo es partir por tipificar a los estereotipos.


Cuando digo “los estereotipos” uso la palabra no como un concepto general, sino que para referirme a un determinado grupo de la sociedad que comparte características y cualidades similares.


Identificarlos es bastante fácil. Suelen usar poleras con colores chillones, de onda playera y con gráficas pseudo pop art. Esto lo complementan con una campera (polerón con gorro onda hip-hop) y con un traje de baño, ambos de similares características. Además de esto, a un estereotipo nunca le faltarán sus zapatillas deportivas blancas de marca Nike o Adidas, en su defecto usarán zapatillas anchas de tipo skate. El pelo lo suelen usar corto, pero por lo general con pichanga, esto es dejarse una mata de pelo larga en la parte posterior de la cabeza, así como si la cabeza fuera un súper héroe y llevara su capa.


Respecto a la música, esta gente le gusta escuchar y bailar reggaetón, el ritmo del momento por supuesto y por lo general se les encontrará perreando de lo lindo en la disco de turno. Un estereotipo promedio tiene una edad de entre 14 a unos 23 años, y generalmente son del sector económico alto y, por consecuente, es fácil encontrarlos, además, en las denominadas universidades “cota mil” (UPA, UDD, UANDES, UAI etc.).


Algo interesante de los estereotipos es un defecto que he estado comprobando en terreno durante los últimos meses. He salido y he hablado con ellos, les he dicho lo señalado acá y me encontré con algo que realmente no me esperaba: Los estereotipos no están consientes de serlo. Me explico. Ellos creen que usan lo que usan, hablan como hablan, actúan como actúan por iniciativa propia y no se dan cuenta de que la realidad es otra. No se dan cuenta que absolutamente todo lo que ellos hacen está determinado por el imponente e inflexible grupo social.


El problema esencial con esta gente es la obvia pérdida de identidad. Me refiero a que si uno se pregunta cuál es el común denominador de nuestra sociedad, cuál es la onda dominante, qué es lo aceptado socialmente en los jóvenes, la respuesta será: Los estereotipos. De ahí a cómo usted, mi estimado lector, los denomine, es cosa distinta. Pero haga la prueba, salga a la calle, mire a la gente y busque los rasgos que ya señalé. La verdad no es otra que lo que acá he expuesto.


Saludos, cambio y fuera.

Bob Dylan


Hola, primero quiero dejar bien claro que mate a la ortografía y a la gramática por una wea de principios. En este primer post voy a hablar sobre un personaje más grande que Jesucristo, Bob Dylan.

Bob Dylan se define a sí mismo frente a Martin Scorsesse como un expedicionario musical. Y aunque leer su vida como explicación de su valor como creador o de su importancia puede pasar por un error, es necesario empezar por quién es este personaje cuya ambición desbordada termina llevando la antorcha poética de la generación beat (en palabras de Allen Ginsberg) y llegó a portar el discurso de una generación completa que leyó sus letras como himnos de batalla y expresión de una sensibilidad común, sólo para escuchar como su respuesta una negación a tal afiliación, para pararse solo y pasar a contribuir con otros pocos a inventar lo que sería el sonido contemporáneo.

Robert Allen Zimmerman sufrió el síndrome de Elvis: Un chiquillo en un pueblo perdido en el sopor y la inevitabilidad de los años 50, cuyo espíritu lo obligaba a escapar a toda costa de su destino predecible bajo el discurso del progreso lento y sostenido de la Estados Unidos de la época, del sacrificio patrio, el aburrimiento del sueño americano traspasado de padre trabajador a hijo modelo.

A los quince imitaba a Elvis y soñaba con escapar a toda costa de su pueblucho. A los 18 ya había inventado un personaje y juraba a quien quisiera escucharlo (sin pensar que el tiempo y la fama le enrostraría su mentira) que era Bobby Ve o que había conocido a Woody Guthrie en persona. Ya había abandonado la universidad guitarra en mano y tomado el camino de Jack Kerouack, de recorrer Norteamérica haciendo dedo a la aventura. Ya había recorrido más de lo que muchos recorrerán en sus vidas cuando llegó a la Babilonia de la época (New York) donde tocó armónica para un tipo que lo hacía trabajar todas las noches horas diarias a cambio de 5 dólares y una hamburguesa con queso (según él). Ya había llegado al café Wha y muchos lo habían escuchado hacer versiones pastiches de Leadbelly y Son House y Robert Johnson y Charlie Patton y Blind Lemon Jefferson, había escuchado cada vinilo inencontrable que se le pasara por delante. Ya había robado acordes y hasta canciones completas a sus contemporáneos y las había mejorado. Estaba absorbiendo un conocimiento ajeno de la misma forma que Elvis, sin pertenecer a la tradición de una cultura de siglos que venía desde el gospell, pero con todo el corazón y voluntad autodidacta para compensarlo. Y no sólo su tradición, sino también la tradición de occidente al abrazar canciones tradicionales irlandesas, escocesas e inglesas. En el primer registro musical no oficial, a una semana de lanzar su primer disco le dice a una entrevistadora en un programa de radio que había aprendido a tocar guitarra y a leer las manos en el circo al que había seguido cuando escapó de su casa. Otra mentira probablemente; el personaje había sobrepasado cualquier verosimilitud. Armado de su armónica y su sombrero y sus 19 años y su acento impostado de viejos esclavos libertos del algodón adictos al whiky dejaba sin respiración a quien lo escuchara. Antes de los 25 ya era el artista más importante en los festivales de Folk en Newport y había seducido a la portavoz del movimiento hippie creciente, Joan Baez. Tenía el síndrome de niño genio que conseguía cada cosa que se proponía.

Y no es su vida la que importa, sino cómo podemos en cada etapa de ella encontrar formas de absorber técnicamente una historia, una herencia, de verlo hacer cuajar un estilo propio y en eterna mutación. Al mismo Martin Scorsesse le dice que lo que le interesaba en los primeros años era llegar a imitar incluso las miradas y los gestos de los que lo antecedieron. Autodidactas como él que usaban la guitarra más que nada como instrumento de percusión, y que a penas sabían leer o escribir.

Una visión siempre más lúcida, un paso adelante de su generación siempre lo hizo evitar querer afiliarse con ningún movimiento, escuela, predilección o ideología. Y para una época tan convulsa, claramente desmarcarse del movimiento contracultural más importante del siglo 20 no era tarea fácil; sólo así se entiende por ejemplo que ante la asociación de derechos civiles que lo estaba premiando les diga borracho que hay un Hitler en cada uno de nosotros. Su ingenio es legendario, y sus respuestas a los periodistas aún más desconcertantes (Pregunta del entrevistador: cuantos cantantes de música folk cree usted que hay hoy en día. Respuesta: Creo que son 127.)

Además del genio, la persistencia y la lucidez tuvo la suerte de esos iluminados de estar en el momento exacto en el tiempo exacto. Para ilustrar un momento que deja esto claro hay que recordar que en un momento se encuentra con Lennon en una limusina, y desde entonces los sonidos de ambos se comunican y se modifican: la estética Yeah-yeah de los Beatles desaparece para siempre, y quizás más que coincidencia es una sincronía del universo al estilo Borges, pues Dylan también cambia, enchufa su guitarra a un amplificador y le gritan ¡JUDAS! en un recital folk, y su respuesta es Toquen fuerte por la mierda, y like a rolling stone se convierte en otro himno, más que para los hippies o beatneaks trasnochados para los mismos músicos como Jimmy Hendrix, otro espíritu salvaje que una vez confesó que ponía el vinilo de blowing in the wind en sus fiestas de juventud frente a sus amigos que le protestaban porque no entendían lo que entendía él, de la misma forma que debe haber sido extraño escuchar a un niño judío de 17 años tratando de imitar a un esclavo negro de los años 20. Quizás la historia del hombre no es más que la de pocos hombres que se van escuchando entre sí en algunos momentos determinados, y que a veces también se dan la mano, como cuando Johnny Cash le regala a Dylan su guitarra como gesto de fraternidad y admiración.

Quizás la influencia más grande para todos quienes lo sienten como colega no es sólo musical, sino cultural juzgando la relevancia de su figura mediática. Quizás es esa integridad y multiplicidad sonora, esa actitud frente al sonido que hizo avanzar las posibilidades de la música al liberar la música al volverla inocente de escuelas, movimientos, estructuras que se convierten en barrotes de una jaula conceptual y que termina en el fanatismo de quién cierra sus oídos a todo lo que decidió que no le gusta antes de escucharlo. Su aporte cultural es que consideró al sonido no militante de ninguna ideología, más libre que los libertarios que le gritaron Judas, consideró que no merece estar atado a una estructura, a un soporte material fijo, y da lo mismo si pasa por una caja de resonancia o por una cápsula que lo convierte en energía eléctrica, de la misma forma que en Walter Carlos con sus versiones de Bach en un Moog. Ese momento precioso en que conecta la guitarra y da un golpe a la cátedra deja en claro que lo importante no es el folk, el rock, la música psicodélica en sí, sino la música en libertad incluso hasta de un sentido; incluso en esas letras que parecen brotar desde el inconciente como en Ballad of a thin man. Todo desde el centro del gusto, que está en cualquier lado menos en la cabeza, quizá en el estómago, quizá en los genitales. Está en el coraje y en la sinceridad, para Dylan el dominio técnico está subordinado a ellos.

Y si pensamos en su influencia a la manera de rapsoda griego, en el expedicionario que explora cada matiz de la tradición y lo pasa por su propia individualidad desnudada para ofrecer una obra (que por añadidura se aleja de lo que se entiende por producto de mercado, que en Dylan ha sido una de sus batallas), podemos encontrar otra coincidencia o influencia o sincronía borgiana del universo. Violeta Parra emprendió el mismo viaje por la música sudamericana, hizo el mismo ejercicio de autoridad al componer, y se desmarcó de los valores de la época de la misma forma que Dylan (si no queda claro se sugiere escuchar Maldigo del alto cielo).

Pero a diferencia, para bien o para mal, de la figura trágica de Violeta, Dylan eligió seguir un camino cada vez menos romántico, cada vez más personal y adulto. Hoy lo podemos ver abrazando un sonido cada vez menos pretencioso, más prosaico. También en un gesto impensado para sus años mozos podemos escucharlo hablar de sus influencias insospechadas en 80 (y acumulándose) horas de su programa de radio en las que se destaca por ser un locutor impecable. También está escribiendo su biografía y cada vez accede a más entrevistas. Día a día deja claro que siempre tuvo una visión de quién sería, de cómo lo han entendido mal a través de los años, de cómo a medida que se acerca su muerte, a diferencia de los héroes del rock que se van endiosando como mártires de mármol, Dylan va acercándose más a una comprensión global del espíritu mal entendido de la generación Beat, mal entendido porque toda una generación creyó que se trataba de ser libre mientras los otros fueran como tú, dentro del movimiento, dentro de una estética, de una locura pasajera que terminaría en frustración y fracaso de la utopía, y finalmente en una vuelta del péndulo: gente normal viviendo vidas normales. Dylan con su vida y su obra ha demostrado que sabe leer a Nietzche pues ha seguido el camino de Zaratustra, de encontrar la verdad encontrándose a sí mismo, de matar a Buda si se te aparece. Igual que con Lennon, de su música se desprende lo que en su vida se entiende racionalmente como moraleja, que se puede vivir a tu modo si eres sincero y no tienes miedo, y que de la misma forma se puede escuchar, componer, sentir.

domingo, 18 de abril de 2010

David Bowie


Hola.
Para mi primera entrada aclararé la dinámica que se dará en las demás entradas (así es, un post de posts).
En primer lugar, y siguiendo la idea del blog, mis posts no tendrán importancia alguna, tendrán la tendencia de ser aburridos y probablemente usted, mi estimado lector, estará en desacuerdo con mis pensamientos.
Segundo, acá expresaré ideas y sentimientos que yo vaya obteniendo de mi vida diaria. Éstos serán causados por los disgustos que me causen ustedes, la sociedad. Sin perjuicio de lo anterior, también hablaré de otros temas si es que se me da la real gana.
Por último, debo advertir que postearé de manera muy irregular ya que la regla general es que el que yo esté disgustado depende de las actitudes de los estereotipos (ya me tocará hablar de ellos) que nos rodean.
Por Ahora, cambio y fuera.

Nuevos fichajes!!!

Queridos lectores (?). Un nuevo anuncio en el blog favorito de nadie. Desde ahora existe el "equipo" de "¿A quién le importa?". Los nuevos escritores/blogeros/whatever serán presentados a continuación. Sus nombres son..................

POROPOPOOOOOM.


DAVID BOWIE. Obviamente no es el David Bowie que todos conocemos, pero se hará llamar así aquí. Más conocido como el Zuru, es el nuevo fichaje de "¿A quién le importa?". Ya no tendrán que aburrirse sólo con mis comentarios egoístas. Cuidado fieles seguidores del blog (jajaja), que Bowie tiene mucho que decir.

Y LA RECIENTE INCORPORACION............


CHOW. Un genio. Así de simple. Este maestro posteará acá sus polémicos pensamientos sobre lo que se le de la gana.

Saludos.

jueves, 15 de abril de 2010

Las 20 mejores películas de la historia (parte 2)

Al fin!!! Lo que nadie estaba esperando... y seguimos con la lista de mis películas favoritas. Seguramente decepcionaré a muchos, pero bueno... para eso pueden comentar acá, dar su opinión y recomendar sus propias películas favoritas. Esa es la idea de este blog. Aquí mi top 10 personal:



10.- El Luchador (2008)
Dir: Darren Aronofsky

El renacer de la carrera de Mickey Rourke. Antes de este film, Rourke se limitaba a salir en plastas, como La Colonia, con Jean-Claude Van Damme. Pero acá, es espectacular su actuación. Impecable. En una película de Darren Aronofsky que no me esperaba, debido a que sus otras películas son muy pasta (Pi, Réquiem por un Sueño), Rourke brilla por la auto destrucción de Randy "The Ram" Robinson, un luchador exitoso en los 80 que ya tubo su hora de fama combatiendo con la vida en el día de hoy. Muy emotiva, El Luchador es una tremenda película.

9.- La Naranja Mecánica (1971)
Dir: Stanley Kubrick
Stanley Kubrick. Debo admitir que no he visto tantas películas de Kubrick como hubiese deseado. Y no se por qué. Todas las que he visto son geniales: El Resplandor, 2001: Odisea en el Espacio y mi favorita de todas, La Naranja Mecánica. De las pocas películas que te hace reír, sentir pena, reflexionar sobre la sociedad y, sobre todo, simpatizar con un desgraciado como lo es Alex DeLarge, el carismático protagonista de la película. Para que hablar de la banda sonora de la película, que es extraordinaria. Otro de esos clásicos que se debe ver casi por cultura general.


8.- Pulp Fiction (1994)
Dir: Quentin Tarantino
Mi querida Pulp Fiction. Nunca olvidaré la primera vez que la vi. Aluciné con la película, se la recomendaba a todo el mundo y me abrió todo un mundo que no había explorado. Esta fue la película que hizo despertar al afición por el cine en mi, así que siempre le tendré un cariño especial. Es magistral. Tarantino apostó por actores cuyas carreras iban en decadencia y triunfó en el proceso: Bruce Willis es perfecto como Butch Coolidge, al igual que Samuel L. Jackson en un rol hecho a su medida, Uma Thurman ES Mia Wallace y ahora pueden olvidarse de Grease y de Fiebre de Sábado por la Noche, porque John Travolta tiene el papel de su vida en esta película (incluyendo una nominación al Óscar). Original guión, personajes únicos, dirección impecable, elenco fantástico, inolvidable banda sonora y diálogos tan buenos que me se varios de memoria y que hicieron famoso a Tarantino. Brillante. Magnífica. Nunca me cansaré de repetirlo: Pulp Fiction es una de las mejores películas de los 90.

7.- Gran Torino (2008)
Dir: Clint Eastwood
Clint Eastwood es un tipo genial. Gran actor y director con una tremenda trayectoria. Al igual que con Stanley Kubrick, no he visto tantas de sus películas como quisiera. No he visto Cartas desde Iwo Jima, ni Río Místico ni Los Puentes de Madison, pero si Gran Torino, que me fascinó. Es basicamente la idea de Dirty Harry, pero mejorada en todo aspecto posible. Walt Kowalski es muy similar a Harry Callahan, pero hecho un viejo amargado racista, veterano de la guerra de Corea y entusiasta por las armas. Y que tenga que enfrentar los prejuicios de su racismo para salvar a dos jóvenes inmigrantes asiáticos de la vida de las pandillas para que tengan un futuro es francamente una historia espectacular. con una trama muy bien desarrollada. Eastwood en el rol es tremendo, merecía por lo menos una nominación al Oscar, y también lo es como director. Muy buena película.

6.- The Darjeeling Limited (2007)
Dir: Wes Anderson
Nunca pensé que esta sería de mis favoritas. La vi y me gustó mucho. La vi de nuevo y lo mismo. La vi varias veces y llegué a la conclusión que es de mis favoritas. The Royal Tenembaums podrá ser la mejor película de Wes Anderson, pero no significa tanto para mi como The Darjeeling Limited. Tres cínicos hermanos que intentar reunirse viajan por la India. Bella cinematografía que aprovecha el paisaje y los usuales personajes autodestructivos de Anderson y Owen Wilson (guionistas) que interpretan Jason Schwartzmann, Adrien Brody y Wilson son lo que hacen esta película. Lo más bello de esta película es la escena que rescatan un niño del río. Me parte cada vez que la veo. Inolvidable.

5.- Bastardos Sin Gloria (2009)
Dir: Quentin Tarantino
La nueva película de Tarantino. Para ser bien franco, nunca esperé que fuera tan, pero TAN buena. Tiene todo lo que uno espera de las películas de Quentin: diálogos formidables, violencia, elenco de lujo y personajes indefinibles. Pero lo mejor de esta película tiene nombre. Christoph Waltz. No se cómo diablos describir la actuación de Waltz como Hans Landa. De partida es el mejor personaje que Tarantino jamás ha escrito y el más complejo a la fecha. Tanto que el mismo director dijo que temía que el rol fuera ininterpretable. Pero Waltz lo hizo de manera increíble. No tengo más palabras para lo brillante que fue. El resto del elenco también es bueno. A veces olvidas que el que está en la pantalla es Brad Pitt, Eli Roth en una faceta que no le conocía (y en un personaje que es fenomenal) y hasta B.J. Novak, más conocido como Ryan Howard de la serie The Office. Como tiene más presupuesto que sus otras películas, tiene una cinematografía de nivel mundial y más actores de lo habitual en su elenco. Quentin Tarantino nunca estuvo tan cerca de la perfección como con Bastardos Sin Gloria.

4.- Fargo (1996)
Dir: Joel y Ethan Coen
EXCELENTE. No tengo nada mas que decir. Véanla ahora mismo.

3.- The Big Lebowski (1998)
Dir: Joel y Ethan Coen
Esencial clásico de culto. La mejor comedia negra que jamás se haya hecho. Es tan de culto que todos los años en varias ciudades de Estados Unidos se realiza el Lebowski Fest, algo así como una convención de The Big Lebowski con disfraces, música, rusos blancos, alfombras, bolos y a veces hasta el mismísimo Duderino Jeff Bridges se aparece para tocar "The Man In Me" de Bob Dylan, tema principal de la película. Así de grande es Lebowski.

2.- Reservoir Dogs (1992)
Dir: Quentin Tarantino
No se necesitan millones de dólares para hacer una película increíble. Tampoco se necesitan efectos especiales que te vuelen la mente. Ni siquiera una campaña de marketing a nivel mundial. Y menos nombres famosos. Quentin Tarantino demuestra todo esto en Reservoir Dogs, la mejor película independiente de todos los tiempos. Con un presupuesto limitado y con pocos (cuando digo pocos, no son mas de 3) escenarios donde se desarrolla la historia, esta es una obra maestra. Un fabuloso elenco (Tim Roth, Harvey Keitel, Michael Madsen y Steve Buscemi, entre otros), un guión impecable, donde hay uno de los mejores diálogos que he visto (el del principio de la película), violencia y sangre por doquier, música que te hace recordar la clásica escena de la oreja. Y los personajes... Solo hay 9 personajes pero cada uno de ellos tiene algo notable (mi favorito es el de Tarantino, sin lugar a duda. Después el de Madsen, Mr. Blonde). Una obra maestra.

1.- The Man Who Wasn't There (2001)
Dir: Joel y Ethan Coen
Así es gente. Mi película favorita de todos los tiempos es una de las películas más dejadas de lado de la filmografía de los Coen. Perfecta en todo sentido. Cinematografía de lujo, espectacular guión, elenco brillante, toque bizarro signature de los hermanos Coen y un personaje que siento una tremenda conección. No sé si será por el momento de mi vida que la vi, pero sentí en Ed Crane un sentimiento que nunca había percibido antes, como el aburrimiento de la rutina de la vida. Es tan triste Ed Crane que se siente como si fuera de verdad. Su esposa lo engaña y el sabe, pero no le importa, porque está tan chato de la vida que ni siquiera se pronuncia al respecto. Odia su trabajo tanto que sigue ahí porque le consumió su vida. Y cuando se le presenta la oportunidad de cambiar algo, se desencadena una serie de eventos que no se lo hubiese esperado. Pero al final, apenándose por los resultados, no se arrepiente de nada y lo hubiese hecho de nuevo, solo para sentir que está vivo. Exquisitamente escrita y desarrollada, es la mejor película que he visto. La cumbre de todo el trabajo que han hecho los hermanos Coen.


Conclusiones: son un fanboy de los Coen y de Tarantino, lo sé. Pero nadie puede negar que son espectaculares. Se agradece el tiempo de leer esto y las posibles recomendaciones que hagan. Repito, es mi opinión y ustedes son libres de postear sobre qué es lo malo y qué es lo bueno de la lista. Saludos.

martes, 13 de abril de 2010

Ser uno mismo


Sigan como son. No cambien ni por alguien, ni por nada, ni por pertenecer a algo. La gente nos aprecia por lo como somos realmente, no por como ellos quieren que seamos. Aunque la tentación sea muy grande. Y los que nos quieren son los de verdad, como diría Tupac Shakur. No cambien. Si no les gusta algo, no traten de cambiar eso a la fuerza o aparentar que les gusta solo para pertenecer a un grupo. Si están desconformes con algo, exprésenlo y no se lo guarden solo para caer bien a alguien que no es abierto de mente y que se guía por ridículos prejuicios. Al fin y al cabo todos deben expresarse y la mejor manera de hacerlo es ser uno mismo.

Solo un pequeño recordatorio para seguir manteniéndolo real.



P.D.: Sobre el disco de Skid Row, bastante bueno en relación al Glam Rock genérico de los 80. Buenos riffs, aunque a veces hay algunos MUY similares a los otros artistas de la época. Más roquero que lo habitual y genial performance de Sebastian Bach. Puedo decir que me gustó el disco.

lunes, 12 de abril de 2010

Las 20 mejores películas de la historia (parte 1)

... según mi opinión, obviamente. El viernes pasado arrendé una película de Jim Jarmusch y no la pude ver debido a que tenia millones de cosas que hacer para la u (OWNED). Así que me dieron ganas de hacer una lista de las pelis que más me gustan. No soy ningún genio erudito en el séptimo arte ni nada por el estilo, así que para los que tienen tiempo y quieran desperdiciarlo, aquí una lista y un pequeño análisis de mis 20 películas favoritas de todos los tiempos.


20.- Supercool (2007)
Dir: Greg Mottola
En serio. Encuentro esta película tan notable y chistosa que merece estar acá. Es tan buena que cada vez que la pillo en el cable la veo, aunque sea por enésima vez. Los diálogos son demasiado graciosos y McLovin con los pacos son lo máximo. Es todo lo que tengo que decir.

19.- Flores Rotas (2005)
Dir: Jim Jarmusch
Bill Murray es simplemente fantástico en esta. Aunque eso si es de ese tipo de películas que te aburren en demasía o que que engancha desde el principio. Impecablemente escrita y con uno de los finales más raros que he visto. Muy buena.

18.- Miller's Crossing (1990)
Dir: Joel y Ethan Coen
Siendo un fanático de las películas de gangsters, esta es una de las mejor hechas, sobre todo con el toque bizarro que siempre caracteriza a las películas de los Coen. El escenario de la película es brillante, al igual que los regulares de los Coen John Turturro y Jon Polito. Hasta incluye un cameo de Sam Raimi.

17.- Taxi Driver (1974)
Dir: Martin Scorsese
Una de las primeras obras maestras que vi. El retrato de Robert De Niro como Travis Bickle es desgarrador. Alienado, socialmente inadaptado, retorcido. Un sociopata al que el mundo no lo entiende y él tampoco al mundo. Como cuando te guardas la rabia mucho tiempo y en un momento se desata y explota. Simpatizar con él es un sentimiento extraño que generá incluso miedo, pero en esta película se da y es el momento que sabes lo que estás viendo. Incluye una de las escenas más parodiadas en la historia del cine (You talkin' to me?). Un clásico.

16.- Carlito's Way (1993)
Dir: Brian De Palma
Todos sabemos que Scarface es la película definitiva de Al Pacino con Brian De Palma. Pero de todas las veces que he visto estas dos, siempre me quedo con Carlito Brigante. Más sano que Montana, en vez de entrar al negocio de las drogas y las mafias, Brigante es todo lo contrario: quiere salir de ese mundo pero todos sus cercanos lo tratan de atraer. Tiene uno de los finales más tristes que recuerdo.

15.- The Boondock Saints (1999)
Dir: Troy Duffy
Dos hermanos irlandeses asesinan mafiosos y criminales de Boston en nombre de Dios. ¿Qué más se puede pedir? Clásico de culto.

14 y 13.- El Padrino, Parte I (1972) y II (1974)
Dir: Francis Ford Coppola
¿Qué mas puedo decir sobre el Padrino que no se halla dicho? Increíble cinematografía, actuaciones PERFECTAS (Al Pacino, Robert Duvall, Robert De Niro, Marlon Brando, Diane Keaton, Lee Strasberg y la lista sigue) y una historia que cualquiera hubiese deseado escribir. Creo que todos la han visto y si no, deberían. Particularmente me gustan las dos casi por igual. Las tercera parte también me gusta, pero al lado de estas dos no tiene lugar.

12.- There Will Be Blood (2007)
Dir: P.T. Anderson
Daniel Day-Lewis es la razón de por qué deberías dejar de leer esto y ver esta película al instante. Soberbia performace del mejor actor que existe en este momento. Day-Lewis es tan bueno que elige en qué películas actúa. Totalmente merecido el Oscar que ganó. P.T. Anderson también hace un trabajo espectacular, no nos olvidemos de él también.

11.- Goodfellas (1990)
Dir: Martin Scorsese
Cuando me regalaron elsta para mi cumpleaños, en la carátula leí que era la mejor película de gangsters de todos los tiempos. Obviamente me reí de aquello, pues había visto El Padrino varias veces y basicamente no tenía competencia por el trono de las mafias. Pero los que escribieron eso no estaban fumando de la buena. Goodfellas ES la mejor película de gangsters que existe, o por lo menos que he visto. ¿Por qué? De Niro y Scorsese juntos de nuevo, Joe Pesci en uno de sus roles más notables, Ray Liotta demacrándose con el correr del film. Fiel retrato de lo que creo que es la mafia.

Las siguientes diez cuando se me de la gana.

martes, 6 de abril de 2010

Prejuicios

Durante mucho tiempo, a la hora de ver una película o escuchar música, me he dejado llevar por prejuicios. El ejemplo más claro es el post que hice sobre Avatar. Y son esos prejuicios los que a veces nos privan de cosas que realmente podrían gustarnos. ¿Por qué todo esto de repente? Aquí una singular historía que me ocurrió hace poco.

Hace como 6 meses descubrí una banda llamada Sunny Day Real Estate. En la página que los vi decía que eran de Seattle, tocaban indie/alternativo y el bajista ahora toca en los Foo Fighters. Vi buenas críticas de su disco debut (Diary) y eso me motivó a escucharlo. Quedé maravillado con la banda. Muy buena música. Me meto a Wikipedia a investigar más sobre Sunny Day y resulta que fueron de los "padres" del emo. EMO. En la foto ni siquiera parecían cerca de serlo. Al principio me horroricé. ¿Cómo diablos me gusta una banda emo, que he despreciado durante toda mi vida? Pero luego reflexioné: "hey, no es un crimen que te guste la buena música". Así que aprendí una buena lección.

Mi nombre es Felipe y escucho emo.

Y todo bien con eso. Luego empecé a investigar mas sobre el emo, cuando no se pintaban ni se vestían como payasos, y encontré excelentes bandas: Cap'n Jazz, Jimmy Eat World y Rites of Spring, entre otras. Hasta uno de mis discos favoritos de la vida, el Pinkerton de Weezer, es un clásico en el género y yo no tenía ni la menor idea de aquello. De lo que me hubiera perdido si hubiera sabido que SDRE eran emo antes de escucharlos... y todo por esa pequeña palabra a la que nadie le gustaría estar asociado. Gracias, MTV, por arruinar todo. De nuevo.


Así que, para terminar con esto de los prejuicios, escucharé un disco clásico de un género musical que también detesto por sólo un par de bandas: Glam Rock. Le pedí a un queridísimo amigo entendido en el tema que me recomendara un disco. Primero me dijo uno de Poison, pero no hay caso con Poison. Así que escucharé el primer álbum de Skid Row, de principio a fin, y les daré mi opinión en el próximo post.

lunes, 5 de abril de 2010

Sobre Kurt Cobain


(1967-1994)

Hoy se cumplen 16 años de la muerte de una de las figuras icónicas del rock y quiero dedicarle unas pocas palabras.

Kurt Cobain murió. Lo mataron, se suicidó, fue Courtney Love, lo atropelló un Transantiago, bla bla bla. El punto es que no está más y se acabó Nirvana, una de las bandas más populares de la historia. Pero este pastelazo nos dejó muy buena música para que lo recordemos. Aquí un pequeño tributo a uno que fue todo lo que no quiso ser.

Muchos idolatran a Kurt Cobain. ¿Por qué? Sus canciones, su voz, su banda, su estilo, provocó la muerte del Glam Metal, etc. Buenas o malas, tenía muchas cualidades este tipo. Pero lo que mas rescato fue que lucho contra todo lo que detestaba. Él era todo lo contrario a la vida de rockstar. No se preocupa de su imagen, si no de su música. Sentía sus canciones, todo venía de adentro. Tocaba con su corazón (que cursi y cliché, pero es totalmente cierto).

El mundo no era muy bonito para él y siempre lo plasmó en sus letras. La vida lo trataba con dureza y lo expresaba con furiosas guitarras y una rasposa voz que muchos trataron de emular. Fue él mismo hasta el final. Su simpleza como persona en el mundo de la fama lo terminó por atormentar y llevar fin a su vida. No quería ser rockstar. Solo quería expresarse.

Gracias, Kurt.

domingo, 4 de abril de 2010

Odio hacia "ciertas" películas

Cada cierto tiempo, sale una película que sentimos desprecio hacia ella. Una película que odiamos y que ni si quiera hemos visto. Capaz que si la vemos, nos guste, pero preferimos reservarnos de ese "privilegio" y la basureamos. Cada vez que escuchamos a alguien decir "hey, yo la vi y es buenísima" nos repugnamos y le pedimos a Cristo que ayude a tal persona y que la salve de los horrores del infierno (o simplemente le recomendamos una buena película). No se si a ustedes les pasa, pero a mi si. Y muy seguido.

Últimamente reviví esta sensación con la película taquilla del momento: Avatar, dirigida por James "La Máquina de Hacer Dinero" Cameron. Mal indicio (para mi por lo menos), pero todo bien por ahora. Salió y de repente todos y sus madres (literalmente todos y sus madres) querían verla. Y así lo hicieron: todo el mundo hablaba maravillas sobre la película, que los efectos, que el sonido, que Pandora, que bla bla bla. Cuento corto, algo empieza a oler mal. Si ustedes son del tipo de personas que detestan lo popular, se sintieron bajo la amenaza de una nueva moda, de esas que detestamos ser parte. De esas que son masivas. Muy masivas. Y no queremos verla. Pasó el 2008 (El Caballero de la Noche), pasó el 2009 (Crepúsculo). Pasó ahora.

Con un presupuesto de más de 237 millones de dólares y una gigante campaña de marketing, Avatar se convirtió en la película que más dinero ha hecho en la historia, superando a Titanic (adivinen quién dirigió esa película). Y con la crítica rendida a sus pies. Demasiado bueno para ser verdad, dirían algunos. Y más encima justo cuando Tarantino saca una película brillante: Bastardos Sin Gloria es facilmente una de sus mejores (pero eso lo dejamos para otra ocasión). Simplemente demasiado popular para nosotros. Seguramente tendré que esperar a que salga en Blockbuster o la pasen por la tele para finalmente verla, como me pasó con El Caballero de la Noche (muy buena por cierto). Mientras tanto, me refugiaré con los Coen o con Jim Jarmusch. Que pase la moda, por favor.

ACLARACION: No he visto Avatar aún y no he emitido ningún juicio valorativo sobre la película.

jueves, 1 de abril de 2010

El indie rock está muerto

Así es. Para inaugurar mi blog quiero desahogarme con algo que que llevo pensando hace meses. El indie está muerto. Y cuando revive, muere casi al instante. Claro que me refiero a las bandas de habla inglesa, porque aquí en Chile las bandas indie son bien piolitas y bien cuidadas por sus fans.


Desde que a principios de la década recién pasada salieron los Strokes, en último tiempo ha explotado la "escena" indie y uno encuentra "salvadores del rock" cada mes (Arctic Monkeys, Jet, Franz Ferdinand, etc.). Una nueva banda que es la sensación y que básicamente le copia a sus antecesores. Parece reggaetón esta cosa, ya que todos los grupos suenan "muy parecidos". Y son tan comerciales y sobre producidos a veces me olvido que tocan rock. Por ejemplo, el último disco de The Killers se parece más a Maroon 5 que a Guided by Voices. Y para que hablar del The Resistance de Muse.


Poco queda de la ética DIY (do it yourself) que el indie rock heredó del punk, de la crudeza del sonido de las guitarras, de lo original e inspirado que era y, sobre todo, cuando la música era mas importante que la imagen. Ahora en vez de increíbles joyas como el Bug de Dinosaur Jr. o el Crooked Rain, Crooked Rain de Pavement tenemos que conformarnos con mediocridades como el primer disco de Kasabian o cualquiera de los plagios (y auto-plagios) que sacan los Kaiser Chiefs. Atrás quedaron los gloriosos días... Volvamos a los sonidos dorados!!!


A la postre, creo que esto sucede y sucederá siempre en todos los géneros musicales (excepto el metal, jajaja). Pasó con el punk. Ahora está pasando con mi queridísimo y sucio indie rock. No hay escapatoria. Igual que en la vida, que hay dos cosas de las que no te puedes escapar: la muerte y los impuestos. Y ahora de la prostitución de las cosas que te gustan. Larga vida al indie rock.