miércoles, 16 de junio de 2010

Baños


Estoy muy enojado. Emputecido, como dirían algunos de mis amigos.

Hay cosas en la vida que son necesarias, como respirar y tomar agua. No puedes vivir sin eso. Necesidades básicas que no te pueden ser negadas. Y dentro de estas se incluye una de las más importantes para el ser humano: hacer caca. Sin rodeos. Cuando estás que te meas, para los hombres por lo menos es más fácil, que que puedes ir por ahí sin que nadie te vea y mear tranquilo. No me vengan con "que ordinario" y "que flaite". Todos lo han hecho y está bien. Es una necesidad urgente que debe ser saciada. Pero con la número 2 es totalmente distinto. Es absolutamente necesario tener privacidad en el momento y un lugar donde depositar, por decirlo de alguna manera. ¿Por qué todo esto?

El viernes pasado fui a ver el primer partido del Mundial donde un amigo. Sus hamburguesas y sus chelas mientras veíamos a Sudáfrica y México. Luego de aquello, debía ir a buscar a una amiga para ir a la universidad, ya que tenía que hacer deporte y rendir un control. Camino a mi auto, que estaba estacionado en el metro Colón, me empiezan a dar unas incontenibles ganas de ir al baño. Un dolor de guata de aquellos. Llegué corriendo al auto, lo prendí y recorrí las calles como loco en busca de una bomba de bencina para ir al baño. Isabel La Católica antes de llegar a Vespucio. Me estacioné y le pregunté al tipo que estaba ahí, de manera amable, dónde estaba el baño.

"No. No hay baño."

¿Creerá que soy weón? ¿Cómo no van a tener un baño? ¿Y los empleados cagan en la calle? Sin ánimo (ni tiempo) para discutir, agarré el auto con destino a la estación de bencina más próxima. Bilbao con Vespucio. Sorteando micros a 120km/h y ya sudando de la desesperación, llegué a la bencinera. Frenético, entré al minimarket y le pregunté de la manera más amable posible a la niña que atendía dónde estaba el baño.

"No tenemos baño."

Le supliqué casi de rodillas. Por favor, es urgente. Vengo desce Colón con Tobalaba buscando un baño. Póngase en mi lugar. ¿La respuesta?

"NO."

"¿¿¿CÓMO CHUCHA NO VAN A TENER UN BAÑO POR LA MIERDA???" fue lo que grité apenas salí de ahí corriendo hacia el auto. Un tipo que estaba mirando dijo "ohhh que paja!!!". AHHHHHHHHH!!!! Gritando de dolor y sudando a más no poder, fui con el acelerador a fondo e infringiendo cuanta norma de tránsito existe a mi última parada, la de la salvación. Colón con Vespucio. Me estacioné mal y no se si dejé con alarma la weá. No me importaba tampoco. Entré a la weá, vi un pasillo. Una luz. Un puto letrero que decía "baño para clientes". Corrí hacia allá, pero a lo lejos, en el mostrador, la mina que atendía me dice:

"Tiene que consumir para poder usar el baño."

Miré con una cara de pocos amigos y balbuceé "LA MIERDA" y por fin logré conseguir lo que quería. Fue toda una odisea. Obviamente me fui sin consumir nada, porque es criminal que te obliguen a pagar por algo que es fisiológico, como diría Marcelo "El Poeta" Carrasco.

Luego de esta historia, el punto es el de que cómo es posible que no te presten un baño. Una necesidad básica que todos tenemos. Y más aún cuando ves a alguien en apuros, como yo en la situación descrita. Moraleja: si ves a alguien que está que se caga, préstale el maldito baño. No cuesta nada. Pónganse en su lugar. O en el mío.

4 comentarios:

  1. La mejor historia que he escuchado en mucho tiempo.

    Respecto a los baños está todo dicho, siempre me preguntó quién fue el hueón que salió con la idea de cobrar por hacer caca. Una pena vivir así.

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  2. la zorra
    juanito mena las mejores bicis hermano!

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  3. jajajaja, q wena wn, ta como pa santiago en 100 palabras, q grises son los baños, yo amo cagar=), es lo mejor que invento dios

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